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Entrevistas, crónicas y reportajes de largo aliento ​

Educar al guionista

9/29/2015

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Por Gustavo Ambrosio

​​El renaciente cine mexicano se enfrenta con muchos obstáculos en su camino por desarrollarse como una industria redituable, uno de ellos es, sin duda, la falta de formación de guionistas en México. Si bien existen numerosos cursos y una escuela como el CCC con una carrera enfocada al guión, podemos advertir en la creación de guiones la mano empírica e inexperta casi siempre de quien quiere filmar. ¿Hace falta más educación para guionistas? ¿faltan escuelas o hace falta quien quiera estudiar guión?
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​La primer pregunta que surge, como en todas las cuestiones artísticas, es la siguiente ¿es necesario una escuela para saber escribir en “imágenes”? Una rápida respuesta sería Guillermo Arriaga o Carlos Cuarón, quienes nunca pisaron una escuela de cine o de escritura fílmica y han logrado de los escritos para cine mexicano más relevantes de los últimos 20 años.  

“La escuela de cine te da teoría, clases aplicadas, hasta contactos en el medio. Pero no garantiza ni que seas buen escritor, ni que vayas a ganar premios. También hay que pensar que existen personas que funcionan bien dentro de ambientes escolares y hay personas que no. Creo que la escuela ayuda, pero no determina”, esto lo asegura el escritor Patricio Saiz, quien imparte clases en el CCC, el CUEC y además ha asesorado guiones del FONCA.

Recordemos un poco de la historia del guión cinematográfico. Estos surgieron a partir de los llamados “guiones de la prensa”, que eran elaborados por periodistas contratados por las productoras para el cine que se hacía en la época silente. Posteriormente vendría la llegada del cine sonoro y la exigencia de historias más complejas era evidente, sin embargo, ninguno de los dedicados a elaborar guiones en aquellas épocas fue a la escuela, pero la mayoría eran personas ya dedicadas a la literatura o el cine y lo único que debieron aprender fue el formato creado por Harper Ince. ¿Quizá la respuesta entonces es ser autodidacta y no gastar en una escuela? ¿tiene alguna ventaja estudiar guión en una escuela?
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“La formación escolarizada brinda herramientas útiles y provee de medios para tomar un atajo en cuanto al aprendizaje del oficio cinematográfico. Pero por otro lado, también puede suceder que algunos egresados de las escuelas se mareen con su propio ego y se pierdan en la neblina de los méritos escolares, los premios de los festivales y pretendan convertirse en artistas sin haber desarrollado el suficiente oficio. "Quien piense que sólo la formación de la escuela es o debería ser suficiente, está equivocado: el auto aprendizaje, la experiencia y la formación continua son fundamentales. Ninguna escuela de cine en el mundo lo da todo, aunque venda esa idea en su publicidad. Por supuesto que hoy es preferible estudiar”, así lo afirman Jaime García y Orlando Merino, quienes imparten clases de escritura pata televisión en el CCC y un diplomado de escritura en la Ibero.
En resumidas cuentas, la escuela no hace al escritor o al guionista, pero si ayuda a sistematizar, dar estructura a las ideas y conocimientos que influyen de gran manera a la hora de contar historias. Si es que se tiene alguna. Las escuelas y cursos ayudan, pero ¿qué tanta variedad de lugares hay para estudiar guión y poder domar ese talento?

“Es bueno que hay mucha más oferta hoy en día que cuando yo era estudiante. Aunque hay mucha más oferta siento que es necesario elevar la calidad y la especificidad. La gente cuando egresa de las escuelas o termina los cursos es un guionista con herramientas generales. En otros países del mundo los escritores se especializan en comedia, series de tele, terror, historias para niños...”, asegura Patricio Saiz.

La oferta educativa para estudiar guión en México va del curso del guión del CCC, a las clases que se imparten en Sogem, el CUEC, algunos cursos y diplomados como los de Michael Rowe, en el ITESO, la Ibero o incluso algunos armados de forma esporádica por alguno que otro guionista que busca algún dinero extra. Respecto a estos últimos, los guionistas Jaime y Orlando identifican tres tipos de cursos:

“1. Aquellos que tratan temas concretos y puntuales, que podrían ser de utilidad. (Creación de personaje, diálogos, talleres de creatividad o ciertos temas teóricos).

2. Los seminarios o clases magistrales dictadas por eminentes gurús del guionismo. Son famosos y también interesantes las conferencias de Robert MacKee, Linda Seger o Guillermo Arriaga. Aquí también entrarían los encuentros y charlas de guionistas que pueden compartir sus experiencias con sus compañeros de gremio. 

3. Hay algunos ámbitos y plataformas, ya sean presenciales o virtuales, que se dedican a hacer cursos “demo” para los muchos interesados en escribir para el medio audiovisual. Estos cursos casi siempre terminan siendo “probaditas” de todo y de nada. Como punto de arranque para un novato podrían funcionar pero muchas veces se convierten sólo en medios de subsistencia de escritores y guionistas desempleados que explotan el interés de cierto sector de público para ganarse un dinerito.”
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"Quien piense que sólo la formación de la escuela es o debería ser suficiente, está equivocado: el auto aprendizaje, la experiencia y la formación continua son fundamentales."


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​La oferta de cursos y escuelas para escribir cine se ha ampliado con los años, es algo positivo desde el punto de vista formativo, sin embargo, hay un problema que parece salir a la luz una y otra vez: la relación del guionista con el medio. Es bien sabido que el CCC tiene su carrera de guión y su carrera de dirección aparte. Aunque ambas llegan a tocarse en cierto punto, no hay realmente una retroalimentación que haga funcionar un trabajo en conjunto o en la industria misma, a lo que Patricio Saiz, quien escribió cintas taquilleras como Nosotros los nobles aduce:


“Hoy en día tenemos una industria que produce una buena cantidad de películas al año. Sin embargo, muchas de ellas adolecen que el guión no fue escrito por un profesional. Hay que profesionalizar el guión cinematográfico. En caso de haber más oferta, debe de dar a sus estudiantes ciertas identidades y competencias profesionales. Pero más allá de la creación de escuelas, lo que más urge es crear un puente entre la academia y la industria. De nada sirve tener guionistas si no están en contacto con las productoras, los directores de cine o los canales de televisión. Disney/PIxar son nutridos por el talento de CalArts o las compañías de animación japonesa recurren a los egresados de la Facultad de Anime de la Universidad Seika. En méxico parece que industria y academia son polos antagónicos.   Siempre conozco productores y directores que andan en la búsqueda de guiones. ¿Dónde están los egresados de nuestras escuelas de cine cuándo se les necesita?”

La necesidad de profesionalizar el guión cinematográfico es una idea que personalidades como la escritora Marina Stavenhagen, quien dirigió IMCINE  durante el sexenio de Felipe Calderón, y el director del Centro de Capacitación Cinematográfica, Henner Hoffman, compartieron por lo que en diciembre de 2014 se abrieron las instalaciones de la escuela especializada en escritura para medios audiovisuales ‘Mauricio Magdaleno’ en Morelia, Michoacán, donde impartirían clases escritores como Paula Markovitch, Guillermo Arriaga, Carlos Cuarón y además de materias como escritura para videojuegos.

Saiz, quien participó en la elaboración del plan de estudios de esta nueva casa de estudios cuenta brevemente cómo se armó este proyecto escolarizado de guión.

“Es una historia digna de un guión. Cuando alguien ve un plan de estudios no se imagina el trabajo titánico que hay detrás. En el caso del plan de estudios que elaboré, hice una gran investigación de los planes de guión de las principales escuelas de cine del mundo. Posteriormente hice un análisis de factibilidad/ viabilidad, ya que andar transportando profesores desde el DF iba a ser poco operativo. Inclusive hablé con importante ejecutivos de Cinépolis para ver la visión de la industria sobre el guión mexicano. También se pensó en un propedeútico para los alumnos que no vinieran de carreras de humanidades o artes. El resultado final era una escuela basada en materias completamente prácticas, con algunas asignaturas de humanidades/cultura y con la flexibilidad de dar temas modernos o actuales con respecto al guión”.

Y vaya que es importante la creación de la escuela, sin embargo, el escritor confiesa que no sabe qué pasará con ella después del mega recorte presupuestal que sufrió el área cultural en México este año.

De concretarse al 100 por ciento, México sería uno de los pocos países en el mundo con una escuela como esta, si bien institutos y academias de cine como la de Los Baños, en Cuba, el de Vancouver en Canadá o las de Varsovia, Polonia, mantienen en sus planes de estudio la carrera de guión.

Aunque ya vimos que si bien el talento es “nato”, la formación y la academia son importantes para la reflexión y el cultivo de ese talento.

Más ganas de ser guionista…

Aunque hace algunos ayeres escritores como Carlos Cuarón y Mitl Valdez, quien imparte clases de guión en el CUEC, aseguraban que ningún joven quería especializarse en esta rama por ignorancia o simplemente por la “flojera” o el reto que implicaba sentarse a reflexionar lo que se tiene por decir, la terrible página en blanco.
Hoy, la creación de una obra para cine ha cobrado cada vez más interés en los últimos años en México. Si bien, en gran medida, ayudó la popularidad de escritores como Paula Markovitch, Guillermo Arriaga y Carlos Cuarón, parece que las ganas de hacer cine se han multiplicado y qué forma más sencilla de entrar este mundo que por lo más sencillo, una hoja en blanco.

Según datos académicos aportados por la jefatura de guión del CCC, en la actualidad la cifra de aspirantes al curso que se imparte allí se ha multiplicado en los últimos siete años. Así, para el último examen se registró una participación de 80 personas que querían entrar.

 “Cada vez más gente ha querido entrar, en parte, gracias a la fama cobrada por escritores como Arriaga, pero también tiene que ver con que cada vez hay más trabajo, sobre todo en televisión, hay un estatus que ha ido recobrando el guionista, y mucho tiene que ver con el curso de guión del CCC. Desde que se creo, hace 18 años, este curso, al menos tres escritores o guionistas de renombre han salido de cada generación, y trabajan en cine, en teatro, colaboran con directores, y eso ha ayudado mucho”, afirma la coordinadora de guión del CCC, Silvia Pasternac.

Sin embargo, pese al cada vez más grande interés de jóvenes o profesionales de apostarle al guión, Pasternac considera que no hace falta convertir a un curso de guión en una licenciatura como tal.
“No hace falta una licenciatura de guión. No concibo cuatro años de sólo escribir guión, porque el guión es una escritura práctica, podría ser una maestría eso sí. Haría falta hacer una carrera donde los que estudian cine deberían tener las mismas materias. Cine debería ser tronco común de dos años y después de la especialidad y una de esa tendría que ser guión. Hasta podría decir que los guionistas tendrían que haces sus ficciones incluso hasta hacer documental. Más bien lo que hace falta es cada vez más cursos de guión para que hubiera más guionistas”, puntualiza.

La lectura, el mayor problema de aprendizaje

Según la Encuesta Nacional de Lectura, en nuestro país se leen sólo 2.9 libros al año y el 55% de las casas tiene apenas 10 libros diferentes de los de texto gratuito o escolares. Aunque parezca increíble, el impacto de la falta de lectura también afecta a los nuevos talentos, y así lo afirma la directora del curso de guión del CCC, Silvia Pasternac.

“La mayor dificultad es la falta de cultura, el hecho de que al parecer todo el mundo cree que si puede escribir su nombre, puede escribir un guión. La falta de referencias, la falta de curiosidad y la falta de profundidad analítica son nuestros peores problemas, y son producto de la falta de lectura, la falta de interés por el cine y el arte en general, así como por la realidad que nos rodea, la Historia, la ciencia, etc. Creo de verdad que un guionista tiene que estar pendiente e interesado por TODO”, dice.

La escritora de De la infancia y Sin remitente asegura que la gente con “imaginación” es poca, por lo que de los 80 aspirantes al curso de guión del CCC quedan de 12 a 15 personas al año, sin embargo, señala que en cada ciclo de exámenes se topa con un problema generacional que parece ir aumentando junto con la demanda para entrar a la carrera de guión, y se trata de una “falta de sistema lógico”.

“El problema es que todos los años, en los examenes, la cantidad de gente sin sistema lógico es impresionante , y ese es un problema muy grave. Tengo la impresión de que mucha gente quiere hacer cine y de pronto creen que si saben sumar y restar ya pueden escribir un guión, de los 80 que hacen examen, yo te dije que la mitad ni siquiera puede escribir, y para mí es un misterio por qué alguien no sabe escribir querría estudiar una carrera de escritura”.

Escritores como Lucía Carreras, Marina Stavenhagen, Kyzza Terrazas, entre otros, quienes han fungido como jurados en muchos festivales en concursos de guión reclaman la falta de orden, formato y ortografía en gran parte de los trabajos entregados. Al respecto, la directora de la escuela de escritores de la Sogem, Elsie Méndez, señala que ninguna escuela, aún con los mejores profesores, las mejores materias y ejercicios puede enseñarle a alguien a escribir ni tampoco, cultura general.

“En las aulas se enseña a escribir un guion de cine, pero es imposible enseñar a escribirlo con calidad. Lo que recomiendo al estudiante de guion cinematográfico es leer muchos guiones de cine y literatura: novela, cuento y teatro. Y, desde luego, ver mucho cine. Considero que el escritor de cine es también un escritor literario. No se puede escribir un buen guion cinematográfico si no se ha leído literatura. No se puede escribir una buena historia para cine sin conocer las historias literarias.”
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Gustavo A. Ambrosio Bonilla (Pachuca, 1992)
Periodista en Grupo Milenio. Crítico de cine en Corre Cámara. Fue reportero de espectáculos en Filmeweb y Hey. Antes que cineasta, cinéfilo. Estudia guión en el CCC. Su película favorita es Las Horas de Stephen Daldry. Su cortometraje ¡Están curados! participó en el séptimo Rally Universitario GIFF 2015.

@guskubrick

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